Daniel Ortiz

EXTRA ITINERE AD ADSTRA

La Cataluña española

Soy consciente de la imprudencia que significa escribir sobre Cataluña desde tierras leonesas. Me pueden acusar de salirme de los límites territoriales a los que difusamente se circunscribe la veterana publicación que me cede un hueco entre sus páginas. Pero el tema merece la pena porque en Cataluña nos estamos jugando todos demasiado. Mucho se ha frivolizado sobre el asunto de la independencia (imposible desde un punto de vista jurídico, a mi entender) y en buena medida el contexto global en el que se inscribe ese llamado “proceso” no ha sido entendido ni en Cataluña ni en el resto de España.

Pero no quiero hacer aquí una glosa jurídica ni aburrir al lector con un tema inabarcable. Lo que pretendo es resaltar esa menospreciada parte de Cataluña, actual e histórica, que es la más hermosa, la más inteligente y apreciada a nivel mundial: la Cataluña española. Me refiero a Montserrat Caballé, a Paul Gasol o a Joséf Ajram, pero también a figuras históricas que dejaron su signo en el devenir de nuestro país como el general y político Juan Prim, como Laureano Figuerola, quien ideó la Peseta, como Eduardo Marquina, que puso letra al Himno nacional o como el genio Salvador Dalí, siempre orgulloso de portar el nombre de España sin renunciar a su profunda catalanidad ampurdanesa.

La mayor parte de la prensa que se publicaba en el siglo XIX en Barcelona, mucho antes de que naciera Franco, era en español. La gente de aquella Cataluña poco nada tenía que ver con el viraje ideológico que dio en el sigo XX esa región. Cataluña era entonces la región más próspera de España, y lejos de avergonzarse de su condición española, su población portaba con orgullo el gentilicio del hispano solar. Sólo a partir del desastre delo 98, con la repatriación del capital de ultramar y la llegada de gentes de otras regiones el resentimiento nacionalista germinó allí. Qué diferencia.

Así pues, dejémonos de centrarnos en la crítica al separatismo y apoyemos y tendamos la mano a los muchos que en Cataluña todavía se sienten españoles sin complejos.

Artículo publicado en El Adelanto Bañezano

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