Daniel Ortiz

EXTRA ITINERE AD ADSTRA

Así se forjan las leyendas

Recordarán ustedes los adelantamientos de Alonso en Hungría en 2006. Pues bien, tengo que contarles que ese día se me erizaron los pelos. Y fue precisamente porque hoy en día escasean los pilotos valientes. Alonso es un piloto valiente, un hombre prudente que se la juega cuando sabe que es el momento. En Nürburgring no se me puso de punta el vello de los brazos, sino que se me saltaron las lágrimas al ver el mejor adelantamiento de la temporada hasta el momento. Y no porque así ganara la carrera, no porque demostrara ser mejor que Massa en la lluvia, no. Pudo dar una lección magistral de pilotaje, pero lo que hace que los antiguos aficionados a la Fórmula 1, los de toda la vida, nos emocionemos y nos levantemos de nuestros respectivos asientos es la lección moral que ha dado a toda la burocracia automovilística, a parte de demostrar que aún quedan deportistas puros en este deporte, aún queda un hueco para la esperanza.

En una competición donde hay intereses muy fuertes por parte de los diversos patrocinadores y las múltiples compañías del mundo del automóvil, cuando precisamente se nos olvidaba que el título de pilotos es el que de verdad interesa a los aficionados, cuando pensabamos que el vencedor de una carrera dependía más de decisiones estratégicas y de tener el mejor monoplaza, llega Fernando y nos deja a todos boquiabiertos.

Alonso no es el mejor piloto porque haya ganado dos títulos mundiales, lo es porque, al igual que muchos consideramos a Senna el mejor conductor de todos los tiempos, al margen de títulos, hay cosas que aún se escapan a la lógica en este mundo, o a lo que debiera ser. El español volador ha demostrado a todos la diferencia entre lo que debería ser y lo que es en realidad. Ha demostrado que aún queda hueco en el mundo para el valor, la seguridad en uno mismo, la competición pura y sobre todo la leyenda. La leyenda que forjaron antes pilotos que también se escapaban a la lógica, como Jim Clark, Gilles Villeneuve o Ayrton Senna. Una lección de humanidad. Gane quien gane este campeonato, nos ha hecho ver quién es el más grande de este año. Gracias, Fernando.

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