Este verano se cumplen 100 años del acontecimiento que marcó toda la historia del siglo XX. Resulta tristemente curioso comprobar, a posteriori, las enormes consecuencias que un acto individual puede llegar a tener al prender la mecha, si se ha acumulado suficiente cantidad de pólvora.

Hace 100 años Europa era un polvorín, pero los europeos no lo sabían. El Reino Unido era la primera potencia mundial, con un imperio en el que no se ponía el sol, seguida muy de cerca por la Tercera República Francesa. Alemania era una gran potencia industrial, que tenía frontera con el inmenso Imperio de Rusia. Viena seguía siendo una populosa urbe, capital de la cultura y de la Monarquía Austrohúngara, que simplificaba el mapa político del Este de Europa.

La chispa, prende la mecha: el 28 de junio de 1914, un nacionalista serbio mata en Sarajevo al heredero de corona Austríaca. En las semanas siguientes, los acontecimientos se precipitan: Austria declara la Guerra a Serbia, país protegido por Rusia, que a su vez declara la Guerra a Austria, a quien se ve obligada a socorrer Alemania, que al atacar a Rusia, se encuentra en Guerra con Francia que de rebote acaba metiendo al Reino Unido.

Sin la Gran Guerra, no hay Revolución de Octubre, y sin ésta, no hay China Comunista, ni nada parecido. Sin la Gran Guerra, no hay Hiperinflación en Alemania, ni populismo, ni Nazismo, ni resentimiento y Fascismo en Italia, ni Segunda Guerra Mundial. Sin la Gran Guerra, no hay Guerra Civil en España al no haber Fascismo ni Comunismo.

El atentado de Sarajevo fue la causa de casi todos los grandes acontecimientos trágicos del siglo XX. De millones de muertos a nivel mundial. Nunca ha cobrado tanto significado la conocida frase de que “La violencia, sólo traerá más violencia”.

Daniel Ortiz Guerrero
http://www.daniel-ortiz.es/paginapersonal