Daniel Ortiz

EXTRA ITINERE AD ADSTRA

¡Bravo, Fernando!

Soy aficionado a la Fórmula 1 desd e 1999 y al automovilismo en general desde mucho antes. Durante años, cada dos fines de semana me pasaba dos horas enteras de cara al televisor viendo los entrenamientos oficiales, que antes eran de doce vueltas y no de una como ahora, y las carreras. En este tiempo he visto carreras muy aburridas, la mayoría de ellas, aún así yo disfruto viendo los avances tecnológicos y las alas de avión supersónico que llevan los bólidos, y los fantásticos duelos entre Mika Hakkinen, el verdadero finlandés volador, bicampeón del mundo y Michael Schumacher, cuando sólo había ganado dos veces el campeonato. El caso es que para los pocos españoles que les apoyabamos Marc y Pedro no tuvieron la oportunidad de darnos muchas alegrías en 99 y 2000, pese a los esfuerzos económicos de Repsol con Arrows y de Telefónica con Minardi, las mecánicas que tenían que conducir estos dos grandes pilotos no estuvieron a la altura de su genio. Aún así hicieron brillantes carreras, como Australia ’99, donde Pedro puntuó en su primera carrera, o el GP de Europa en el que Marc logró tras muchos años hacer puntuar a Minardi. Pero el dinero de Telefónica dejó de apoyar a Minardi, y Marc se fue a probar, Arrows despidió a de la Rosa porque llegó Bernoldi con el apoyo de Red Bull, mientras que mantuvo a Verstappen sin patrocinador y sin haber puntuado, ser español no es precisamente lo que más te facilita las cosas en el paddock del circo rodante. Así en estas condiciones llegó Fernando a Minardi, gracias a la intervención de Adrián Campos, y pese a no conseguir ningún punto, en el equipo hicieron todo lo que pudieron para que se quedara a final de temporada, pero Fernando tenía claro su objetivo: Ser campeón del mundo. Y pese a ser español y pese a que tuvo que elegir el camino más duro para un piloto, el de no correr, sino probar, prefirió ser piloto reserva de Renault en su vuelta a la Fórmula 1 en 2002.

En 2003, llegaban por fin las primeras poles y el primer triunfo con nombre español. En 2004, muchos podios, aunque sin victorias, y en 2005 ha explotado su genio por fin ganando el mundial, y ahora son nueve millones los que lo siguen, y es ahora cuando echo una mirada al pasado y recuerdo cuando en vez de nueve millones éramos nueve personas, para las que en 2002 ninguna cadena de televisión española quiso pagar los derechos de retransmisión.

El autor de esta verdadera revolución por el automovilismo en España no es otro que un asturiando de veinticuatro años, y no sería de justicia no mencionar a Adrián Campos y a Flavio Briatore, quienes le han llevado a la élite del mundial. ¡Bravo, Fernando!

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