Posiblemente, cuando el lector vea este artículo, podremos llamar Rey a don Felipe de Borbón, y sea nuestro jefe de Estado. Lejos de entrar en el debate tan recurrido sobre república o monarquía (tan democrático puede ser un sistema como el otro), o de hablar de los retos que esperan a la Nación durante el reinado que empieza (los medios de comunicación nacionales nos bombardean constantemente con opiniones de todo tipo), este artículo pretende ser un repaso histórico de los anteriores reyes que, precediendo al actual, accedieron al trono en la Monarquía Española.
Felipe I, el hermoso, no reinó en Aragón (donde aún el gran Fernando el Católico), y fue consorte de Juana I de Castilla, hija de Isabel la Católica. Ejerció el gobierno debido a que en Castilla, el marido de la reina, podía ejercer junto a ésta, funciones con el título de Rey. Y quiso que así fuera en exclusiva, dada la dudosa salud mental de su cónyuge. Sin embargo, poco tiempo duró el Habsburgo en el trono, murió tras pocos meses de reinado.
Felipe II, el prudente. Probablemente haya sido el español con más poder de todos los tiempos. Soberano de Castilla, Aragón y Portugal, fue un burócrata culto y preparado, injustamente tratado por la historiografía protestante que lo hizo el paradigma fundador de la leyenda negra junto con su lugarteniente el Duque de Alba. Gobernó el país más poderoso del mundo, y estuvo cerca de alcanzar el objetivo de someter a la levantisca Inglaterra, de no ser por la muerte de Alvaro de Bazán.
Felipe III, fue el hijo que Dios tuvo a bien dar como sucesor al anterior rey. Entregó al corrupto Lerma el poder y se dedicó a vivir.
Felipe IV, el rey planeta, fue el último gran Habsburgo, poderoso junto a su ministro Olivares, pero llevó a España a una situación límite, de manera que perdió no sólo la hegemonía, sino Portugal y el Rosellón.
El primer borbón, descendiente de los anteriores Felipes, y primo de Carlos II, su antecesor en el trono, fue Felipe V de Anjou. Pese a su débil salud mental, logró cierta recomposición del poderío Naval de España, una ganada la Guerra de Sucesión y, gracias a los Decretos de Nueva planta, impulsó la recuperación económica (Valgan de ejemplo las Reales Fábricas), y también la regeneración cultural (Reales Academias y Biblioteca Real).
Así pues, unos tres siglos después del último Felipe, esperamos que el nuevo rey, Felipe VI, traiga consigo las ganas de trabajo de Felipe II, aprenda de los errores de Felipe IV, y suponga la regeneración de Felipe V.
Daniel Ortiz Guerrero.
Artículo publicado en El Adelanto Bañezano del 27 de Junio de 2014.