La temporada ha comenzado, y en estos momentos Renault no tiene un coche para festejar nada. Los antiguos campeones están en mitad de la tabla, y que tratarán de mejorar conforme vaya avanzando la temporada. Lo único que puede maquillar esta situación es la extraordinaria capacidad de rendimiento del asturiano y un gran premio loco, lluvioso o con circunstancias favorables. En estas estamos ahora.
¿Qué necesitamos? Necesitamos una Real Federación que no se esconda tras nadie y que ante situaciones como las vividas en Italia en 2006 o en Hungría el año pasado monte un espectáculo mundial, e, incluso, lleve a los tribunales a la Federación Internacional, por no actuar de buena fe con los que se supone que deberían ser imparciales.
En mi humilde opinión, creo que Massa o Raikkonen no tienen la calidad suficiente para llevar volante que han, sobre todo porque hay un doble campeón del mundo con un coche de media parrilla, un cuádruple campeón en américa con un Toro Rosso, y muchachos como Vettel, o Sutil que no están en coches a la altura de su talento. La parrilla y resultados de Australia así lo confirman.
No quiero terminar este artículo sin darle la enhorabuena a unos perros ingleses, a unos sensacionales trabajadores que saben lo que es fabricar un buen coche con pocos recursos económicos. Ellos son el deporte. Me refiero a sir Frank, a Patrick Head y a sus chicos. Y es que Williams se merece un homenaje. El tercer equipo con menos presupuesto, y sigue haciendo podios. Ole sus huevos.